Un total de 5.067 efectivos salieron de la policía hondureña durante dos años de la depuración ordenada por el gobierno ante sospechas de que una parte de ellos integraba bandas del crimen organizado, informaron este miércoles fuentes oficiales.
Omar Rivera, uno de los miembros de la Comisión de depuración creada el 8 de abril del 2016, indicó en un informe que en esos dos años "han sido cancelados 5.067 efectivos", pero como contrapartida han ingresado 5.487 en un programa de renovación de la institución.
Rivera aclaró que entre los separados hay cerca de 2.000 por jubilación, retiro voluntario u obligatorio o porque abandonaron a término sus cargos.
El presidente Juan Orlando Hernández destacó en cadena nacional de radio y televisión que la depuración policial y el fortalecimiento de la lucha contra el crimen ayudaron a bajar la tasa de homicidios de 60 a 42 por cada 100.000 habitantes.
"Se tomó la decisión de retirar a aquellos policías que no cumplían con su deber de servir y proteger a su pueblo, desde los más altos mandos hasta la escala básica", subrayó.
Hernández ordenó la instalación de la comisión luego de que el Congreso decretara un estado de emergencia, a partir de un informe de la fiscalía el cual indicaba que sedes enteras de la policía --integrada entonces por unos 12.000 efectivos--, integraban bandas del crimen organizado, narcotráfico, sicariato y robos.
Las investigaciones comenzaron tras informes de prensa que indicaban que narcotraficantes le pagaron a altos oficiales para matar al zar antidrogas Arístides González en 2009 y al asesor en seguridad, Alfredo Landaverde, en 2011.